El infectólogo Rodrigo Cruz, quien también dirige el Centro de Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Infecciosas de la UV, es el único médico de la Región de Valparaíso escogido para integrar esa instancia.
El médico infectólogo del Hospital de Quilpué, académico y director del Departamento de Medicina Interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Rodrigo Cruz Choappa, fue designado como uno de los veintiocho integrantes del recientemente creado Grupo Asesor del Ministerio de Salud para los Programas de Uso de Antimicrobianos, en el contexto del plan nacional contra la resistencia de este tipo de agentes patógenos a los medicamentos que se emplean para combatirlos.
Así lo comunicó oficialmente la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, mediante el decreto exento que también fija los objetivos de dicho grupo de trabajo, entre los cuales destacan el colaborar en el diseño y la actualización de las normativas y regulaciones de los Programas de Optimización de Uso de Antimicrobianos en Atención Primaria (PROA) a lo largo de todo el país, contribuir a la evaluación de los resultados del monitoreo de los indicadores establecidos para esos instrumentos y asesorar a dicha cartera en la elaboración de protocolos clínicos asociados a los distintos cuadros que puedan afectar a pacientes.
El doctor Cruz, quien además dirige el Centro de Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Infecciosas (CDIEI) de la UV, es el único infectólogo de la Región de Valparaíso que fue escogido para integrar el mencionado grupo asesor ministerial, el cual quedó conformado por otros quince médicos especialistas, nueve químicos farmacéuticos, dos enfermeras y una matrona, pertenecientes a distintos centros asistenciales públicos de alta y mediana complejidad, ubicados entre las ciudades de Iquique y Castro.
“Agradezco la confianza que han depositado en mí las autoridades sanitarias, para que sea parte de esta entidad, cuya tarea es de gran importancia. No me cabe duda de que mi elección está relacionada con la labor que nuestra Escuela de Medicina, a través de su Departamento de Medicina Interna y su programa de formación de médicos en la subespecialidad de Infectología, viene realizado desde hace ya varios años en esta materia”, afirmó el médico y docente.
En efecto, Cruz precisó que la subespecialidad en Infectología que ofrece dicho plantel de la UV está en línea con el programa y el plan nacional que buscan regular el uso de antimicrobianos, dentro del marco de optimización de los PROA.
“Nuestra beca se enfocado precisamente en los objetivos que consideran esos instrumentos, a la vez que apunta a la formación de infectólogos para los hospitales públicos, en especial los que pertenecen a la Región de Valparaíso. Hasta hace unos años, hospitales como los de Quillota, Quilpué y los del Valle de Aconcagua no tenían infectólogos; ahora los tienen y todos han sido formados o están ligados a la Escuela de Medicina de la UV. Seguiremos enfocados en este propósito, pero también en uno que hoy es aún más vital: formar infectólogos para los centros de atención primaria, que por cierto es lo que han planteado tanto el Ministerio como los Servicios de Salud”, sostuvo el especialista.
Amenaza para la salud pública
Los antimicrobianos —en particular los antibióticos, los antivíricos, los antifúngicos y los antiparasitarios— son fármacos o medicamentos que se utilizan para eliminar o inhibir el desarrollo de los agentes patógenos causantes de las enfermedades infecciosas, que siguen siendo una de las primeras causas de muerte de seres humanos en el mundo y en Chile.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las diez principales amenazas que enfrenta la salud pública en la actualidad, debido a que su uso excesivo e indebido ha contribuido a la aparición de una serie de patógenos farmacorresistentes.
“El problema se da porque muchos de estos agentes se han ido adaptando y han ido adquiriendo resistencia a los antimicrobianos. De ahí que es tan importante que las personas y los profesionales de la salud los usen de manera adecuada, en forma oportuna y por los tiempos necesarios, ya que su uso incorrecto o indiscriminado ha hecho que pierdan eficacia y por tanto muchos tratamientos ya no están siendo efectivos”, concluyó el médico infectólogo Rodrigo Cruz.