El fantasma del descenso no le da tregua a la Universidad de Chile y en un partido con muy poco que rescatar igualó de “local” ante un Coquimbo que va último en la tabla y que de fútbol presentó poco y nada.
Ni con el aliento de una hinchada acostumbrada a los cambios como los ditirambos, el conjunto dirigido por el uruguayo Diego López, logró generar peligro contra un equipo pirata que constanente se equivocaba en los pases y entregaba el balón rival, el que jamás pudo concretar una jugada de real peligro.
Luego del partido el técnico azul se mostró con poca autocrítica y se limitó a señalar que continuarán trabajando para revertir la situación, y ante las preguntas sobre una posible renuncia dijo que aún cuenta con ganas de seguir al mando y sacar al equipo de los últimos lugares. Pero pasaron los minutos y la dirigencia dijo otra cosa, comunicando que el uruguayo no continuaba al mando del equipo laico.
En un momento clave del campeonato, ambos equipos demostraron un planteamiento táctico que no tuvo frutos y el por qué uno sigue siendo el último de la tabla y el otro luchando por salir en zona de descenso.